- Triste destino.- El agua corre con sangre por la calle. Decenas de cerdos y lechones esperan, durmiendo bajo el sol, que el dedo del comprador los señale y marque su muerte inmediata. Sucede esto frente a la entrada a la Feria.

- Música para todos.- Turistas y parroquianos a paso cansino se abren paso entre los ranchos de comida y los puestos de venta. De fondo, shows en vivo de folclore le ponen colo y calor a la jornada.

- Empanadas.- El éxito de las comidas criollas tiene como abanderadas a las empanadas tucumanas. El "ya no me queda" es la frase que en las primeras horas de la tarde repiten en casi todos los puestos.